Industria automotriz mexicana: producir no basta,


Por: ANCA.

Industria automotriz mexicana: producir no basta, la logística marcará el rumbo.


Por: T21. 


La industria automotriz mexicana es mucho más que un motor de exportaciones: es el engranaje que mantiene buena parte de la cadena logística nacional. Cada vehículo que se fabrica en territorio nacional implica trayectos carreteros, traslados ferroviarios, conexiones portuarias o revisiones aduanales que deben operar con precisión para que la producción llegue a destino.


Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirman esa magnitud y dan señales que no debiéramos pasar por alto. México produjo dos millones 666 mil vehículos ligeros y exportamos dos millones 252 mil de ellos; mientras que fabricamos 99 mil 306 vehículos pesados y enviamos 92 mil 620 unidades al extranjero


El balance es mixto: en los vehículos ligeros la producción incrementó un modesto 0.52% en lo que va del 2025 con respecto al año pasado, y las exportaciones cayeron 1.02% en el mismo periodo; por su parte, los vehículos pesados se contrajeron, con una severa caída de 31.62% en la producción y una baja de 25.83% en la exportación de enero a agosto.


Estas cifras confirman nuestra capacidad productiva, así como un indicio del rezago logístico en las ventas internacionales. Mientras algunas armadoras lograron crecimientos significativos en su producción (como Toyota, con un incremento del 40.5%), otras apenas pudieron mantener su ritmo. Más allá de las decisiones internas de cada empresa automotriz, esta disparidad también refleja la eficiencia (o ineficiencia) de sus cadenas de suministro: desde la disponibilidad de autopartes hasta los tiempos de despacho y la coordinación con transporte.


Me parece que el obstáculo no es cuánto producimos, sino cómo movemos lo que producimos.

Al día de hoy, más del 84% de los vehículos ligeros y el 83% de los pesados se vendieron fuera del país en 2025, y de ellos, casi ocho de cada 10 ligeros y nueve de cada 10 pesados terminaron en Estados Unidos. Esto significa que los mismos corredores carreteros y cruces fronterizos están bajo una presión constante.


Se necesita modernizar nuestra infraestructura logística

La concentración en un solo mercado y en pocos puntos logísticos nos hace vulnerables a cualquier disrupción: desde aranceles hasta bloqueos carreteros o demoras aduanales. Tal parece que seguimos dependiendo en exceso del transporte por carretera y de un puñado de aduanas fronterizas, lo que limita la resiliencia del sistema.


México puede aprender de otros hubs automotrices globales, como Alemania, que ha integrado el ferrocarril como columna vertebral de sus exportaciones hacia Europa y Asia, reduciendo la saturación en carreteras. Mientras que Japón ha invertido en puertos especializados para automóviles, garantizando que la exportación fluya sin cuellos de botella.

Existen iniciativas para corregir nuestra vulnerabilidad logística; como lo he platicado, el Plan México propone una inversión robusta en carreteras y trenes de carga impulsados desde el gobierno federal, con prioridades estratégicas de conexión intermodal que apoyan las exportaciones: mantenimiento de carreteras, nuevos proyectos ferroviarios y la modernización de cruces estratégicos. Estas inversiones son fundamentales si queremos que nuestra industria automotriz, que representa casi una cuarta parte del valor total de nuestras exportaciones manufactureras, mantenga su competitividad en el nuevo entorno global.

El sector no solo debe diversificar mercados y productos, sino también repensar su infraestructura logística. En mi opinión, se necesita modernizar aduanas, ampliar cruces fronterizos, invertir en transporte ferroviario de carga y aprovechar mejor los puertos; porque de poco sirve producir más si el flujo hacia el exterior se topa con barreras físicas o procesos burocráticos.

Debemos resolver los cuellos de botella en cruces, caminos, vías y carreteras, así como en los procesos, para que la industria automotriz siga siendo el motor de nuestra economía.

México tiene fortalezas innegables: capacidad instalada, mano de obra calificada, cercanía con Estados Unidos y una red de tratados con más de 50 países. El reto está en pasar de exportar volumen a exportar con fluidez, con cadenas logísticas más diversificadas y seguras.

El sector automotriz en México puede producir y los números lo prueban, pero no debe conformarse con resistir coyunturas.


Para convertirse en un verdadero hub automotriz global, con resiliencia, sostenibilidad y visión territorial, necesitamos anticipar y construir una industria automotriz que no solo produzca más, sino que mueva mejor.